“Porque la experiencia es eso: una triste riqueza que solo sirve para saber cómo se debería haber vivido, pero no para vivir nuevamente.”
― Josefina Vicens, El libro vacío
Tabasco siempre ha resonado en la literatura mexica, como puede verse con Josefina Vicens (1911- 1988), la primera narradora en obtener el premio Xavier Villaurrutia, con su libro El libro vacío. Fue su primera novela y el premio le fue concedido poco después de que Pedro Páramo y El arco y la lira lo ganaran.
La temprana infancia de Josefina Vicens transcurrió en Villahermosa, puesto que su familia, compuesta por una maestra tabasqueña, un comerciante español originario de las Islas Baleares y cinco hermanas, de las cuales ella fue la segunda, mudó su residencia a la Ciudad de México antes de que cumpliera seis años. A los quince años, Josefina Vicens comenzó su vida laboral en empleos burocráticos, destacándose en el ámbito sindicalista federal. Entre sus cargos se encuentran el de miembro de la sección ejecutiva y oficial mayor del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (stpc), vicepresidenta de la Sociedad Nacional de Escritores de México y presidenta de la Comisión de Premiación de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas.
“Y así, deseando que pase el tiempo para que pasen también los problemas que nos agobian, nos encontramos un día con que ha pasado nuestro tiempo.”
― Josefina Vicens, El libro vacío. Los años falsos
En vida de la autora, su primera novela fue traducida al francés por la poeta y feminista Alaíde Foppa y por Dominique Lemort, viuda de Éluard, para publicarse en Francia con una carta de Octavio Paz a manera de prólogo. Vicens bien puede ser la primera narradora mexicana urbana del siglo xx, ya que sus novelas tienen como trasfondo familias de clase media en la Ciudad de México.
Al morir Vicens, Octavio Paz dijo a los periodistas que esta autora legaba una obra “reducida, mas no limitada”, “escasa, pero profunda”, características que también atribuyó al trabajo de Rulfo, de Gorostiza y de Villaurrutia. Sin embargo, a diferencia de ellos, la obra literaria de Vicens ha sido poco visible para los lectores y para la historiografía literaria, con independencia de su calidad y singularidad. ¿Qué hace tan heterodoxa a quien, en palabras de Ana Rosa Domenella, es un “clásico marginal”, a esta “autora de culto”, como la califica Aline Pettersson, a esta precursora de la metaficción en nuestra literatura, como afirma Fabienne Bradu, que tanto la desmarcan de las principales corrientes de la literatura mexicana del siglo xx?
“Sollocé inconsolablemente por lo que se me moría, antes de vivirlo. Sin saberlo, creyendo que lloraba por mí, en realidad lloraba por los dos más agrios dolores del hombre: el amor y el adiós.”
― Josefina Vicens, El libro vacío. Los años falsos
Josefina Vicens murió la víspera de su cumpleaños setenta y siete, en la Ciudad de México, luego de algunos años de vivir aquejada por una progresiva ceguera y por la pérdida, cinco años antes, de su pareja, la actriz Anita Blanch.
Para saber más de la autora:
- Una alegría urgente - Entrevista
- El libro vacío - Fragmento audiolibro
- La ciudad, la muerte y los roles de género en Josefina Vicens
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